jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Cuanto dura un DT en Argentina?


Contra lo que se puede imaginar, una investigación que abarca los últimos cinco años del fútbol local reveló que, en promedio, cada técnico dirige una temporada completa.



A cinco fechas del final del Torneo de Primera División de 2015, casi la mitad de los equipos cambiaron de entrenador en el transcurso del certamen: Nueva Chicago, Arsenal, Estudiantes, Rafaela, Olimpo, Quilmes, Huracán, Banfield, Newell´s, Independiente, Godoy Cruz, Crucero del Norte, Defensa y Justicia y Colón son los catorce clubes de los 30 que componen el certamen que tienen un técnico distinto al que se sentó en el banco en la primera fecha. ¿Se trata de una cifra lógica?

Para saber cuánto dura un DT en el fútbol argentino del máximo nivel, fuimos unos cinco años para atrás y relevamos los cambios de entrenador de las 26 instituciones que actualmente militan en Primera División y que en todo este tiempo no estuvieron en una categoría inferior a la B Nacional. El resultado fue que, en promedio, un técnico dirige a un equipo unos 45 partidos.

Una cuestión de estabilidad

Cuando se refieren a la cuestión de la inestabilidad de los entrenadores, los relatos periodísticos suelen alarmarse cuando en la cuarta o quinta fecha de un torneo se va el primer técnico. Suponen, con cierta lógica, que no se puede evaluar un trabajo en tan pocas fechas. Sin embargo, suelen omitir que la mayoría de las veces esos entrenadores salientes vienen conduciendo al club desde hace algún tiempo y que, en todo caso, las derrotas de esas primeras fechas no hacen más que acelerar una relación ya desgastada.

Eso surge por lo menos del dato que revela este informe especial. A excepción de esta temporada, que incluye un torneo de 30 equipos que rompe con la estructura y la agenda de los últimos años, los 45 partidos equivalen a poco más de una temporada completa para quienes juegan el mínimo de 38 partidos de liga y un encuentro de Copa Argentina. Claro que quienes avanzan en esa competencia y juegan además torneos internacionales pueden terminar disputando más de 50 juegos en un año.

Como todo promedio, el dato sirve como indicador pero oculta los matices. Sólo diez entrenadores dirigieron más de 100 partidos a un mismo equipo en el período estudiado: Gustavo Alfaro a Arsenal, Carlos Trullet a Atlético de Rafaela, Ricardo Gareca a Vélez, Omar de Felippe y Walter Perazzo a Olimpo, Miguel Ángel Russo a Rosario Central, Luis Zubeldía y Guillermo Barros Schelotto a Lanús, Pedro Troglio a Gimnasia y Ricardo Zielinski a Belgrano, estos tres últimos con sus gestiones aún en curso.

Son los que empujan el promedio general y de esos clubes para arriba. Superan incluso a procesos bastante exitosos que no alcanzaron por muy poco esa cantidad, como el de Alejandro Sabella en Estudiantes, Juilo Falcioni en Boca y Matías Almeyda en Banfield.

Del otro lado, del de los técnicos que tiran el promedio para abajo, se destaca el caso del uruguayo Jorge da Silva, quien llegó al Taladro para dirigir el Clausura 2012 y estuvo en el banco solamente durante las tres primeras fechas y en lo que restaba de un partido suspendido con el Pincha por el torneo anterior. Aunque ganó uno y perdió tres, su salida tuvo que ver con una propuesta de Peñarol que lo sedujo más que cumplir su contrato con el equipo del sur del Gran Buenos Aires.

También Juan Amador Sánchez duró nada en Huracán allá por agosto de 2011. Si bien su ciclo fue de cinco partidos en realidad él estuvo uno menos, ya que en la única victoria del Globo debió ausentarse por problemas de salud y el equipo fue conducido por Claudio Spontón. También cinco partidos duraron Carlos Ischia en Racing, Mostaza Merlo en Colón y el Turu Flores en Defensa y Justicia.

El huevo o la gallina

Cambiar muy seguido de entrenador es un síntoma de que las cosas no van bien. Lo que no siempre se puede precisar con claridad es qué es primero. ¿Un equipo fracasa porque no se apuesta a un proceso largo o un proceso largo sólo es posible a partir de un éxito inmediato?  En realidad, son muchísimos los factores que inciden en la durabilidad de un entrenador.

Como todos suelen proclamar, los que mandan son los resultados. Eso está claro. Pero a mismos resultados no todos los técnicos duran lo mismo. Ahí es dónde empiezan a incidir otras variables. Un DT que ya protagonizó un ciclo exitoso suele tener mucho más crédito cuando regresa. Y esas espaldas se ensanchan más aún cuando hay una ligazón sentimental con los colores.

Como sea, haber tenido once técnicos (sin contar los interinatos) como les pasó a Huracán y Colón en cinco años habla de una crisis deportiva e institucional. Sólo Néstor Apuzzo en su última gestión y Frank Kudelka dirigieron al Globo más de 30 partidos en el período analizado. Antes de ellos, ni Antonio Mohamed se salvó de la irregularidad: apenas diez partidos, contradiciendo la máxima de que alguien del club dura más.

El Turco también fue el último entrenador que le dio estabilidad al Sabalero, al que dirigió en 98 partidos entre 2008 y 2010. Luego de él se sucedieron Fernando Gamboa, Mario Sciaqua (dos veces), Roberto Sensini, Pablo Morant, Rubén Forestello, Diego Osella, Mostaza Merlo, Javier López y el actual Darío Franco.

Del otro lado, hubo cuatro clubes que únicamente cambiaron dos veces de técnico en este último lustro. Vélez tuvo al hombre récord del período: el Tigre Gareca lo dirigió en 254 encuentros. Lo sucedieron el Turu Flores y Russo. Belgrano tiene al entrenador más antiguo aún vigente: Zielinski lleva 190 partidos al mando y llegó tras las gestiones breves de Luis Sosa (diez partidos) y Jorge Guyón (29 encuentros).

Los últimos tres procesos de Lanús fueron bastante duraderos, por eso encabeza también el ranking de estabilidad: 106 partidos estuvo Zubeldía, 73 Gabriel Schürrer y 156 lleva Guillermo. Por último, Arsenal disfrutó de Alfaro en 182 partidos, a quien sucedieron Martín Palermo (39) y el DT en funciones Ricardo Caruso Lombardi, que lleva 15. En el medio tuvo también un interinato Roberto González, quien se sentó en el banco una vez cuando se fue Alfaro y tres veces tras la salida de Palermo. Y ya que mencionamos a Caruso, vale agregar que es el técnico que más equipos dirigió en este tiempo. Además del club del Viaducto cumplió funciones en Argentinos, Quilmes, San Lorenzo y Tigre.

El estudio

Tantos datos y numeritos merecen algunas aclaraciones adicionales sobre cómo se armó este informe especial. En primer lugar se escogió a los 26 equipos de Primera División que en todo el período analizado jugaron en la máxima categoría y en la B Nacional, por lo que se excluyó del análisis a Temperley, Nueva Chicago, Crucero del Norte y Sarmiento. Además, se decidió ignorar a los interinatos para que no distorsionen las estadísticas, ya que revelan más sobre la poca diligencia de la institución para conseguir un sustituto que sobre la duración de los procesos.

Un poco más difícil fue tomar una decisión sobre si era válido contar como procesos “finalizados” a los vigentes. Se entendió que sí cuando la comparación del promedio incluyéndolos o excluyéndolos dio más o menos lo mismo: 45 partidos contra 48.

Por último, si bien se estableció como inicio de la investigación el inicio de los torneos del segundo semestre de 2010, se contabilizaron los mandatos que estaban en curso.  Así se tomaron, por ejemplo, los 106 partidos de Luis Zubeldía dirigiendo a Lanús aún cuando 92 de ellos fueron antes de agosto de 2010, o los 98 de Antonio Mohamed en Colón cuando sólo ocho ocurrieron en el período estudiado.

Fuente: DeporTv - Sebastián Prats


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