Hourcade, que rompió en llanto al final, sacó pecho por sus Pumas. “Tengo el corazón lleno de orgullo”, dijo el entrenador. Ahora van por el tercer puesto.
Cuando se dio cuenta que el sueño se iba, que ya no se podía hacer nada, aparecieron las lágrimas. Lágrimas de triteza, porque él, como el resto del plantel, creía que se podía llegar a más. Pero también de emoción, porque lo que se logró no es poco. Llegar a la segunda semifinal en la historia y hacerlo con un rugby ofensivo, dinámico, proponiendo. “Orgullo gigante. No se puede decir ninguna otra palabra de lo que hicieron, durante todo el torneo. Tengo el corazón lleno de orgullo, no hay dudas ni quejas”, soltó Daniel Hourcade, entrenador de estos Pumas de los que habla el planeta rugby.
“Australia es un gran equipo, lo sabíamos, pensábamos que podíamos... No pudimos concretar las que tuvimos, nos faltó poco. Si concretábamos alguna, lo podíamos lograr. Ya está, nos ganaron bien, hay que aceptar, saber ganar y perder. Pero el orgullo no me lo quita nadie”, siguió el Huevo, dolido pero al mismo tiempo satisfecho. “El rugby argentino tiene futuro garantizado durante muchos años”, agregó, pensando en el material, en lo que se trabaja en la Unión y en lo que viene, con Super Rugby a partir del 2016, más Championship y Japón 2019, la próxima Copa.
Pero mirando más cerca, ahora hay que levantar al plantel y enfocarse en el encuentro del viernes por el tercer puesto. “Tenemos un partido más, esto no terminó. Vamos a salir a jugar contra Sudáfrica a tratar de ganar”, tiró Hourcade. Y cerró con una buena frase: “Siempre dije que el argentino es diferente. A través del deporte se pueden demostrar algunas cosas, como la unión. Tenemos para hacer cualquier cosa en el deporte, en el rugby, en cualquier ámbito. Confiar y creer se puede”.
Fuente: Diario Olé.
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