CENTRAL 1 - TIGRE 1
Central tuvo todo para liquidarlo, pero despilfarró hasta un penal y Vitti, justo un ex Canalla, le empató el partido sobre el final. En Rosario hay desazón: la racha sin ganar se estiró a cuatro encuentros y los hinchas explotaron de bronca.
Es increíble, pero no la primera vez que a Central se le escapa un partido como éste. Que un ex Canalla como Pablo Vitti sea quien le termina arrebatando dos puntos aumenta el morbo. Pero no es Vitti el culpable del empate. Tampoco el árbitro Darío Herrera, más allá de los dos penales que se comió en el primer tiempo. El culpable, señores, es el propio Central.
Al Canalla básicamente le falta gol. No olfato: gol. Es indiscutible la capacidad que tiene el Chino Luna; y ni hablar de la del Loco Abreu. Pero cuando estás torcido... ni los penales entran. Parecía que Ferrari, entonces, iba a terminar siendo el gran salvador de la noche rosarina. Su potente cabezazo había logrado vencer (literalmente) las manos de Javi García, de gran actuación. Para destacar también el impecable centro que le puso el chico Carrizo, probablemente uno de los jugadores con mejor pegada del fútbol argentino. Pero no, no alcanzó.
Y que no haya alcanzado fue culpa de Central. Créame: Tigre no había hecho méritos para llevarse siquiera un punto. Un par de centros venenosos y algún que otro remate desde lejos. Nada más. Pero cuando dejás crecer al rival... Eso fue exactamente lo que hizo el equipo de Russo: se metió atrás, le cedió la pelota y lo terminó pagando con el empate. De carambola, sí, pero empate al fin.
La bronca de los hinchas no tardó en hacerse sentir. Hubo angustia, gritos, insultos. Nadie podía creer que se pudiera haber escapado un partido como éste. Pero se escapó, como otros tantos en este ciclo de Miguel Angel Russo. Un ciclo que amenaza con terminarse si Central no levanta.
Foto: Olé
Fuente: Olé
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