domingo, 27 de abril de 2014

Peñarol ganó con un gran Campazzo

PEÑAROL 88 (1) - QUILMES 68 (1)
Peñarol se redimió de la derrota inicial en el serie ante Quilmes y lo superó 88-68 siendo superior de principio a fin y jugando muy distinto al jueves. Se mostró mejor como equipo y Campazzo jugó e hizo jugar: 11 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias.



Tenía que mostrar una respuesta, un cambio de actitud mental y anímica y lo hizo bien. Peñarol no dejó dudas y desde el primer cuarto impuso condiciones de equipo. En principio salió concentrado para ajustarse más al plan trazado y no depender tanto de la impronta individual.

Así mostró síntomas claros de mejoría como equipo siendo mucho más solidario para pasarse el balón y segundo tuvo una clara respuesta del banco de suplentes que no llegó nunca en el juego uno. Con estas dos herramientas Peñarol fue superior a Quilmes, que también mostró otra cara. Así como el equipo de Rivero fue más el de Ramella fue menos. ¿Mérito de Peñarol? Difícil saberlo, da la sensación que no. Que Quilmes simplemente tuvo una energía inferior al jueves. ¿Habrá deseo de ir a más en el cervecero?.

En los primeros pasajes del partido hubo errores y paridad. Llegaron a los primeros cuatro minutos y medio con un magro 5-4 que no decía nada. Peñarol lo posteaba a Leo Gutiérrez como hacía rato no se veía, tratando de sacar ventajas de espaldas ya que de frente estaba controlado. Pero todo era muy trabado, de los dos lados. Hasta que Peñarol metió una secuencia tremenda de dos defensa seguidas que terminaron en falta antideportiva, seguida de doble para Adrián Boccia, en un recupero de mitad de cancha. Metió el adicional y de la reposición Peñarol volvió a convertir para manejar una primera distancia de 12-4.

Con ese aire Peñarol encontró en Isaac Sosa el relevo justo y necesario para abrir la primera gran distancia. Porque el puertorriqueño entró en llamas y clavó un espectacular 3/3 en triples que fue seguido de un gran pasaje de Leiva en el poste bajo y Boccia corriendo. Solo dos triples de Vildoza tuvo como respuesta Quilmes que en 5 minutos perdió todo el control del partido y se vio abajo por 13 cuando terminó el primer cuarto: 27-14.

Para el segundo cuarto Quilmes logró meter de nuevo a Baxley en la rotación y Walter que recién anotó sus primeros puntos a falta de 6 minutos para que termine el primer tiempo, se encendió con una racha de 11 puntos seguidos en apenas 4 minutos.

Pero fue el único en su equipo. Habitualmente el buen equipo de Quilmes siempre tiene a un nacional que acompañe al foráneo en el goleo. Y por mucho que rotó el banco Ramella no encontró ninguna respuesta. Todos con la mano fría, sin encontrar el aro, tomando malas decisiones. Ya sea en el juego interior o perimetral.

Peñarol solidificó la distancia en el orden de los 15 puntos ya allí la mantuvo con un triple más de sosa y una gran ingreso de Matías Ibarra que se vio muy determinante con el aro. El base suplente de Peñarol tomó las decisiones de Campazzo del juego uno. Es decir dio más gol que juego pero a su equipo le vino bien. Facundo cerró el primer tiempo con sólo 3 puntos pero brindando 7 asistencias.

La distancia de 18 puntos del primer tiempo (48-30) tenía que ver con una buena lectura de Ibarra ante la zona que ensayó Quilmes y la ineficaz respuesta ofensiva de Quilmes. Peñarol además ganó el duelo de los rebotes (20-14) y tiró con buenos porcentajes; 10/16 en dobles y 6/12 en triples.

Un juego muy sólido fue la primera mitad de Peñarol que luego hizo extensible al comienzo del tercer cuarto (máxima de 53-31). Pero Quilmes sacó la cara y entre Baxley, Marin y Romero fueron limando de apoco la diferencia para bajar el guarismo en 10 puntos y achicar la diferencia a 12 (55-43) con parcial 2-12.
Fue entonces que Campazzo volvió al campo de juego junto con Sosa para tranquilizar a Peñarol y contener la remontada cervecera. Mario Ghersetti estuvo en una noche muy apagada y Ramella lo esperó quizás más de lo debido. Cuando intentó con un cuatro con tiro de tres puntos (Maciel) tuvo algo más de gol y la ofensiva se compensó un poco, pero lo dicho: no hubo en verdad ningún nacional que acompañara a Baxley.
Por el lado milrayitas seguía apagado Leo Gutiérrez pero con una buena tarea de Leiva en el poste bajo, Boccia muy activo y redimiéndose de la mala performance del juego uno y Campazzo haciendo de todo, Peñarol marcaba el ritmo del partido.

Entró ganando al último cuarto por 66-47 habiendo ganado hasta allí todos los parciales. En los primeros cinco minutos del último cuarto Peñarol jugó como para que Quilmes lo alcance. Apuró sus ofensivas, equivocó caminos y Quilmes además por fin pudo endurecer su defensa pero el cervecero no pudo nunca bajar los 12 puntos (66-54) porque cuando llegaba al ataque cambiaba una pérdida por un triple errado.
Estaba claro que no era la noche del cervecero y lentamente fue bajando los brazos. Un par de corridas de Campazzo con asistencias a Weigand y Boccia fueron cerrando el partido. En seguida la diferencia trepó de nuevo a 17 (75-58) a falta de 3 minutos y desde allí más allá de la emoción y adrenalina del clásicos los dos equipos se dedicaron solo a llegar al final del juego.

Para Peñarol fue una gran demostración de carácter. No fue brillante pero encontró cosas muy valiosas además del triunfo. Una respuesta más acorde de sus individualidades (caso Boccia, Ibarra, Sosa) un partido completísimo de Campazzo que se convierte en el octavo jugador de la historia de la liga que consigue un triple doble con 11 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias y además una defensa muy estable que no resbaló prácticamente en ningún momento del partido.

Para Quilmes fue una noche negra. Individualmente con jugadores que dieron respuestas muy por debajo de cualquier expectativa de triunfo. Terminó lanzando irrisorios 15/40 en dobles (38%) y 5/22 en triples (23%). Todo lo que pudo hacer fue emparejar los cuartos una vez que estuvo 20 abajo. Es decir la distancia inicial marcó el ritmo (27-14) luego lucho más parejo (21-16, 18-17 y 22-21).

La serie se puso uno a uno y entró en calor. Ahora continúa en la misma cancha pero con cambio de localía. ¿Habrás más cambios?. El clásico se puso bueno y hay espectáculo adentro y afuera del rectángulo.

Síntesis

Peñarol (88): Facundo Campazzo 11, Forrest Fisher 5 (x), Adrián Boccia 19, Leonardo Gutiérrez 11, Martín Leiva 16 (FI) Isaac Sosa 14, Matías Ibarra 8, Gabriel Fernández 0, Franco Giorgetti 2, Axel Weigand 2, Santiago Giorgetti 0, Julián Morales 0. DT: Fernando Rivero

Quilmes (68): Fabián Sahdi 0, Walter Baxley 21, Federico Marín 14, Mario Ghersetti 2, Diego Romero 6 (FI) Luca Vildoza 8 (x), Tayavek Gallizzi 7, Maximiliano Maciel 10, Facundo Piñero 0, Lucas Ortiz 0, Bruno Provenzano 0, Patricio Piñero 0. DT: Leandro Ramella.

Parciales: 27-14, 48-30, 66-47 y 88-68

Árbitros: Estévez-Sampietro-Mendoza

Estadio: Polideportivo Islas Malvinas - Mar del Plata


Fuente: Pick and Roll.

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