domingo, 25 de mayo de 2014

Mostró oficio

PEÑAROL 103 - 82 REGATAS (C)
Peñarol mostró su oficio y jerarquía para ganar en una cancha que sólo había asistido a una victoria visitante en un año y medio (44 triunfos en 45 partidos. Así empató la finalísima (1-1). El martes, en el Poli de La Feliz, continúa la definición al mejor de siete juegos.

Nunca subestimes el corazón de un campeón. Peñarol no lo es hoy. De hecho, el rey vigente es Regatas. Pero esta base milrayita ya logró un Tri y sabe cómo ganar. Y cómo recuperarse de un golpe. El miércoles, en esta misma cancha, los marplatenses protestaron más que jugaron y el Fantasma se lo ganó para adelantarse 1-0 en esta gran final de la Liga. Pero este viernes fue distinto. Peña hizo tremendo juego, que por momentos fue paliza. Lo que necesitaba para ganar en una cancha en la que el Remero había perdido una sola vez en un año y medio (44 triunfos en 45 partidos). Fue 103-82 para igualar la definición que seguirá el martes en Mar del Plata.  

Peñarol había equivocado el camino en el primer juego, protestando demasiado y jugando poco. Por eso, en el comienzo del segundo partido, puso énfasis en hacer todo lo contratio. Y lo logró. Serio pero agresivo a la vez, defendió mejor (bien cerradito, sin permitir penetraciones), dominó cerca del aro con Leiva y tuvo a un picante Campazzo, un buen comienzo de Gutiérrez (20 puntos del trío) y un polifuncional Boccia. Así, con paciencia en ataque e intensidad en la marca, ganó el parcial por 24-16.

Su claridad continuó en el segundo. Paciencia, orden y simpleza en su ataque, que no abusaba del tiro externo y siempre hacía buenas lecturas sobre donde estaba la ventaja. Salvo un ratito, cuando presionó y se acercó a siete, Regatas no le encontró nunca la mano. Es más, estuvo apurado y nervioso, al verse superado. Peña respondió con dos triplazos de Giorgetti a la reacción y luego volvió a los pases y lucida ejecución. Así le ganó la etapa por 48-33. Regatas vivió de los foules (15-21 libres) porque no anotó triples (0-10) y la visita controló los 1 vs 1 de Hopson (2-6 de campo) y Quinteros (2-7).

No sacó el pie del acelerador la visita en el comienzo. Siguió con hambre, sabiendo que Regatas podía volver. Y le fue a la yugular, usando una formación grande que complicaba al local, en especial a Quinteros. Boccia siguió siendo una pesadilla (20 puntos), Campazzo asistió (9) o anotó (21) y hasta Fisher (20) se sumó a la fiesta con dos bombas para alejarse 65-40 y empezar a definirlo. Quinteros (21), con orgullo, ensayó una levantada y llegó a ponerse a 18. Pero Campazzo volvió al juego y puso las cosas en su lugar.

Así, en tres cuartos, Peña superó la media en contra de puntos que traía Regatas en casa. Cuando quedaba uno más. Así se resume una noche en la que Peñarol tuvo un juego perfecto, como pedía Gutiérrez para ganar en una cancha tan difícil. El Milrayita fue contra la Corrientes. Otra vez. Y demostró que nadie puede subestimar a un campeón. Aunque juegue en la casa de otro campeón.

Fuente: Diario Olé

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