jueves, 27 de noviembre de 2014

El gigante Pascualito


Hace 60 años, Pascual Pérez se consagró como nuestro primer campeón mundial al derrotar al japonés Yoshio Shirai en Tokio. Conocé la historia detrás de la hazaña.



Seis décadas atrás, Pascual Pérez se convertía en el primer campeón mundial de nuestro boxeo al derrotar por decisión unánime en 15 asaltos a Yoshio Shirai en Tokio. Pero el León Mendocino, como se conocía a ese gigante de un metro cincuenta y dos, empezó a ganar la corona mosca cuatro meses antes.

El japonés, monarca desde 1952, fue contactado por Carlos Quiroz -embajador en Tokio-, quien tenía como aval una carta del empresario inglés Abe Saperstein -manager de los Harlem Globbetrotters- para que realizara una gira boxística en la Argentina, similar a la que habían hecho otros monstruos de la época como los estadounidenses Archie Moore y Sandy Saddler y el cubano Kid Gavilán. El pago: 5.000 dólares por combate.

El primer rival que se le ofreció al nipón fue Pascualito, que a los 28 años lucía su oro olímpico en Londres 1948. El campeón aceptó con la condición de pelear excedido de la categoría, para no arriesgar el título, y que si perdía en las tarjetas, los jueces pactaran un empate. Con Juan Domingo Perón (fanático del boxeo) haciendo fuerza en el ring side del Luna Park, el cuyano exhibió sus rápidos desplazamientos y su mano pesada (“pega como un peso ligero”, decían) y, aunque sufrió una lesión en la mano derecha, hizo mejor las cosas. Todos contentos con la acordada igualdad.

Hombre de palabra, tras vencer dos semanas después a Alberto Barenghi, Shirai firmó la revancha por la corona para el 15 de octubre en el estadio Korakuen, una cancha de béisbol de la capital de su país. Pero en la semana previa, un golpe de un sparring local le provocó una lesión en el tímpano derecho a Pascualito que obligó a una postergación; el yanqui Alvin Rober Cahn (manager del campeón) consideró que el problema fue por desidia de Pérez al no usar cabezal y le bajó a la mitad la bolsa: Pascualito cobró escasos mil dólares.

Aquel 26 de noviembre de 1954 Pascualito mató el frío previo del combate al aire libre en una jornada de 12° escuchando a Jorge Caldara (bandoneonista de Osvaldo Pugliese) que le tocaba La Cumparsita.

Ante 20.000 espectadores, entre ellos el príncipe heredero Akihito, el argentino fue una tromba. Aunque pesaba dos kilos menos que el asiático, medía 12 cm menos y había sufrido una herida en el ojo derecho en el sexto round, tiró a su rival en tres oportunidades: dos sin cuenta del árbitro estadounidense Jack Sullivan, y la tercera, en el 12º asalto, por ocho segundos. Manuel Sojit, en vivo por Radio Belgrano, leyó las tarjetas: el árbitro Sullivan lo vio ganar al argentino por 146-139; el hawaiano Bill Pacheco dio 143-139 y el local Kuniharu Hayashi, 146-143. “¡Cumplí, mi General!”, fue la dedicatoria del nuevo campeón a Perón, quien una semana más tarde iría a recibirlo a Ezeiza con la efusividad de un hincha.

Fuente: Diario Olé 

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