La dupla albiceleste de beach voley superaron a las cubanas en tres parciales: 21-17, 19-21 y 15-7, pudiendo revertir lo que había sido derrota ante ellas en primera ronda. Es el undécimo oro para la delegación nacional en Canadá.
La décimo primera dorada llegó: fue en el beach voley, con Ana Gallay y Georgina Klug, que se quedaron con el campeonato en los Panamericanos de Toronto, superando en la definición a las cubanas Lianma Flores y Leila Martínez en tres parciales.
En el camino de las chicas previo a esta final, les ganaron en la primera presentación a las triniteñas Malika Davidson y Ayana Dyette por 2-0 (21-11 y 21-13). En el segundo duelo, enfrentaron a las cubanas con quienes se vieron este martes nuevamente en al definición, con las que habían caído por 2-1 (19-21, 21-15 y 15-13).
El tercer encuentro tuvo otra sólida producción en la que vencieron a las mexicanas Bibiana Candelas y Martha Revuelta en sets corridos (21-15 y 21-10). Por gran diferencia volvieron a ganar ante las chilenas Pilar Mardones y Francisca Rivas (21-9 y 21-10).
Ya en los cuartos de final, superaron a las estadounidenses Kelley Larsen y Betsi Metter 21-18 y 21-12. Y en el gran partido previo, en semifinales, fue Brasil la víctima con Carolina Horta y Liliane Mestrini por 2 a 1: 21-17, 21-23 y 15-13 en el encuentro más extenso de todo el torneo para ellas (una hora y trece minutos).
En la definición, una solvente actuación en la primera manga la dejó en manos de las chicas albicelestes por 21 a 17 tras diecinueve minutos de acción. En un arranque del segundo parcial donde las caribeñas sacaron una importante distancia, fue complicado acortarla, aunque se terminó perdiendo por dos puntos: 21-19 en veintitrés minutos de acción. Toda la tensión se trasladaba al tercero que hay que ganar con quince unidades.
Pareció que las cubanas dejaron todo su potencial en ése set tan trabajado para ganarlo y forzar un tercero, donde los yerros aparecieron por doquier (fueron 24 cometidos en total por las adversarias) y encima Gallay creció en el bloqueo, aportando cinco en todo el encuentro. Con ésas herramientas a favor y la seguridad para atacar más la garra y despliegue para defender, cerraron el juego con un 15-7 fantástico, desatando la locura y el festejo a puro abrazo y emoción.
Es el undécimo oro albiceleste en los Juegos, donde se suman las chicas al listado del primer lugar, donde consiguieron ganar todos sus encuentros salvo el de la primera fase ante éstas rivales del día de la final.

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