domingo, 23 de febrero de 2014

Le costo pero ganó

San Lorenzo ganó un partido cerradísimo con un gol Nacho Piatti, pero sufrió demasiado ya que Quilmes tuvo dos clarísimas en el final. Otra vez lo salvó San Torrico con una enorme atajada. Caruso Lombardi se agarró la cabeza.

A un equipo de Caruso Lombardi le ganaron de la forma más inverosímil, casi un sacrilegio para las precauciones del DT. Le mojaron la oreja de contragolpe. Tras un mano a mano que desaprovechó Quilmes, Correa picó más solo que Burruchaga en la final de México 86, enfrentó a Dulcich, falló, capturó el rebote y tuvo tiempo para sacar el centro. Ahí estaba Nacho Piatti, listo para poner su cabeza a la causa del Ciclón, para marcar el 1-0 final y para cosechar la tercera victoria seguida. El entrenador que hace un tiempo había salvado el orgullo del Nuevo Gasómetro se chocó con una camiseta que aprendió algunas de sus mañas. Y se terminó agarrando los pelos por un tal San Torrico, nuevamente héroe con un par de atajadas. La punta está ahí nomás gracias al arquero.

Tan cierto como que San Lorenzo pudo desarticular el plan Caruso en esa corrida de Correa, lo es que en todo el primer tiempo se enredó en la telaraña de Quilmes. Los de Bauza jugaron esos 45 minutos de espaldas al arco, incómodos, con pequeñas pastillsas de desequilibrio por la banda derecha. A Matos no le llegó una limpia. Cabeceó dos veces, muy desviado.

Quilmes -a su juego lo llamaron- mordía y afilaba los dientes. Facundo Diz ganó por arriba en una jugada de pelota parada. La generosidad del Cervecero era notable -Telechea de volante, todo un ejemplo-. Luego llegó Bontempo por sorpresa y, otra vez, salvó San Torrico. Eso no fue suficiente para un equipo que lleva cuatro derrotas seguidas y al que Caruso, a puro cambio, todavía no le puede encontrar la mano.

El entretiempo fue un punto de inflexión para el plan de juego y para las posibilidades de San Lorenzo. Pudo darse vuelta Piatti, empezó a correr Correa, Mercier ya ganaba el 99% de las pelotas divididas. Ah, y Quilmes perdió algo de concentración y de intensidad. El gol abrió el match. Pero no lo cerró. De a poco, los de Bauza retrocedieron. Y Caruso apostó a la altura. Dos veces ganó Lema. En una de ellas, Torrico tapó como cuando se viste de Santo. 

Foto: Olé
Fuente: Olé

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