Van Persie clavó un hat-trick y metió al Manchester United en cuartos, pero no pudo terminar el partido por un golpe en la rodilla. Aunque no parece grave, en Holanda tiemblan pensando en el Mundial.
Puede no estar pasando por su mejor momento desde la partida de Ferguson (presente en la tribuna de Old Trafford), pero al Manchester United, grande entre los grandes de Europa, nunca hay que darlo por muerto. Y si no pregúntenle al Chori Domínguez, que a pesar de la ventaja de 2-0 conseguida en la ida en Grecia con su Olympiacos, y de hacer un gran partido, se quedó afuera de la Champions. El gran responsable fue el holandés Robin Van Persie, que se mandó un hat-trick para poner a su equipo en cuartos de final.
El resultado es algo engañoso porque el Manchester no la tuvo nada fácil. Rompió el cero con una ayudita del árbitro, que marcó un penal inexistente para que Van Persie pusiera el primero. Olympiacos, que venía de consagrarse en Grecia el fin de semana siempre fue al ataque. De Gea, otro protagonista de la noche, tuvo una doble tapada clave sobre Fuster y luego al Chori, que fue creador, atacante y también ocasional defensor. Pero el local tenía a su goleador agraciado y, un minuto después, empató la serie 2-0.
Y en el arranque del complemento, otro palazo: tiro libre de Van Persie, el arquero Roberto estacado y la gloria pasó a manos del local. A partir de ahí, Olympiacos asumió definitivamente el control pero no pudo llegar al descuento que lo metía en cuartos. Chori tuvo una más y a De Gea le llenaron el área de centros pero no hubo caso. ¿La mala? El goleador debió dejar la cancha en camilla por un golpe detrás de la rodilla. En Holanda prendieron la alarma pensando en el Mundial, aunque el técnico Moyes aseguró que "no parece grave". Con este envión, el United, que más sabe por viejo (Giggs, eterno a los 40 pirulos), será cuco una vez más entre los mejores ocho del continente.
Fuente: Olé
Foto: Olé
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